jueves, 9 de enero de 2014

La escala del edificio y la escala de la ciudad

En cada una de las obras, se nota un manejo de la escala que pone al edificio en relación a la ciudad. Se parte de entender las circunstancias particulares de cada lugar, y las escalas de aproximación al mismo.

Por ejemplo, la escala propia del entorno urbano con la que se mide el “Bank of America”, de calles estrechas, es totalmente distinta a la del Panedle, frente a un parque y a una gran avenida, o a la del “American Express”, una esquina frente a una plaza. Esto va a generar diferentes respuestas que permitan a cada edificio relacionarse con la escala del entorno.

De esta manera, se entiende al edificio como parte de un conjunto mayor que lo contiene. De esta manera, la ubicación de la estructura, las soluciones de los cerramientos, y cada elemento que constituye el edificio, cobra sentido al contribuir a enfatizar la escala con la que el arquitecto quiere que el edificio se perciba.

También, a su vez, se cuida la escala propia y la de sus aledaños. Esta cuidadosa consideración de la escala con la que se percibe el entorno construido, permite al nuevo edificio asumir correctamente la propia escala y ponerlo en relación con sus aledaños de una manera natural y sin hacer concesiones que comprometan su propia identidad.
  

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